lunes, 27 de septiembre de 2021

LA TABLA DE LA ALCOHOLOMANIA Por el Dr. Jellinek

 

NADIE QUE HAYA PASADO LA FASE 8 PODRÁ VOLVER A BEBER NORMALMENTE

LA TABLA DE LA ALCOHOLOMANIA

 

Por el Dr. Jellinek

El mejor autodiagnóstico

¿Hasta dónde llego usted?

SE RECOMIENDA SU LECTURA A LOS MIEMBROS NUEVOS Y A TODAS LAS PERSONAS INTERESADAS

EN EL GRAVE PROBLEMA DEL ALCOHOLISMO.

ETAPAS DE LA ENFERMEDAD ALCOHÓLICA

ETAPAS DE LA ENFERMEDAD ALCOHÓLICA

El alcoholismo puede dividirse para su estudio en cuatro grandes etapas:

I Etapa Pre-alcohólica

II Etapa Agravante

III Etapa Crítica

IV Etapa Crónica

Cada una de estas etapas está a su vez dividida en las distintas fases que totalizan las 45 barras que pueden observarse en la siguiente figura.

(Clic para descargar el gráfico)

I ETAPA PRE-ALCOHÓLICA

Cuando un individuo se inicia en la ingestión del alcohol, ni él mismo sabe si llegará a convertirse en alcohólico. Se calcula, según estudios estadísticos, que casi el 5% de la población está en alguna etapa del alcoholismo. Siguiendo el curso de las observaciones estadísticas sabemos que de cada 100 bebedores corrientes, 5 se tornarán alcohólicos crónicos.

El primer contacto del futuro enfermo con el alcohol es el consumo ocasional de alivio, o sea una afición en la que se considera a las bebidas embriagantes como una droga tranquilizadora. El aficionado bebe unas cuantas copas y se va a su hogar a descansar tranquilamente sin causar molestias. Es un camino cómodo descubierto por él para extraerle a la vida momentos de felicidad y recreo. Sin embargo, el uso constante del alcohol va modificando el metabolismo químico del organismo y aumenta la tolerancia para el mismo, o sea que el bebedor cada día acepta mayores cantidades de licor y siente el mismo efecto que tiempos atrás le hacía una copita. Es esta fase que empieza a compararse él mismo con otros bebedores más débiles que se emborrachan con menos copas que él. Se extraña de necesita mayor cantidad de alcohol para llegar a la embriaguez y está convencido que cada día está aprendiendo más a beber bien.

II ETAPA AGRAVANTE

Esta etapa es puramente sintomática y es el inicio de la carrera alcohólica.

FASE 1 LAGUNAS MENTALES Recuerdos borrosos o nulos después de una borrachera; el individuo no puede reconstruir exactamente lo que ha sucedido en un periodo de borrachera. Las lagunas mentales son el primer indicio de los graves problemas que se le avecinan al bebedor que la padece. En muchas ocasiones, el individuo puede cometer actos antisociales e incluso matar a alguien durante estas lagunas mentales, sin darse cuenta; aquello queda olvidado en la más completa amnesia. Incluso puede aparentaren el momento de sufrir estas lagunas, la más completa lucidez y control de sus movimientos y ademanes. ¿A qué se deben las lagunas mentales? Todavía es un misterio el por qué las lagunas mentales no ocurren en todas las personas que beben; sólo les ocurren a algunos y, en estos, es el Preludio al alcoholismo. El alcohol circula en el torrente sanguíneo y produce una disminución en el oxígeno de la sangre que se reparte por el cuerpo y esta deficiencia momentánea ataca precisamente la corteza cerebral y la priva de alimentación causando interrupciones en el funcionamiento del consciente mientras dure la falta de oxígeno a determinadas regiones cerebrales. Esta interrupción del consciente puede ir desde pocos segundos hasta horas o días, según la gravedad del caso. El individuo puede seguir actuando con aparente normalidad y desenvoltura, pero sus movimientos son automáticos y no se registran en el cerebro; el individuo no recuerda ni lo que habla, ni lo que ve, ni lo que oye. Valga la pena repetirlo; en casos extremos, estas lagunas mentales con los recuerdos en blanco, pueden prolongarse por días enteros. Cuando estas lagunas son frecuentes y de larga duración, llegan a producir deterioros irreparables en el tejido nervioso, lo cual ha sido comprobado en autopsias de personas que han fallecido por causas de alcoholismo crónico. Su cerebro se ha encontrado hinchado y con las ramificaciones y surcos cerebrales deformes. Las lagunas mentales producen muerte de neuronas cerebrales, muertes que se multiplican por el efecto acumulativo de la toxicidad del alcohol absorbido por las células, las fatigas causadas por el desvelo, a falta de alimentación adecuada, las pastillas para dormir o calmarse, etc.

FASE 2 CONSUMO A ESCONDIDA Sal principio de su carrera el alcohólico trata de ocultar ante las demás personas que él bebe más de lo normal. Pero ante el irresistible deseo de beber tiene que hacerlo a escondidas cuando va a una fiesta, reunión social, etc. Se da cuenta el alcohólico que si bebiera descaradamente las otras personas no comprenderían que él se siente diferente a los otros debido a que el alcohol empieza a serle un artículo de primera necesidad. En su fuero interno sabe que todavía no es un borracho descarado, pero se alarma ante la demanda alcohólica que le hace su organismo.

FASE 3 PREOCUPACIÓN POREL ALCOHOL Se preocupa por las fiestas a las que está invitado dentro de quince días; piensa en lo alegre que estará rodeado de sus amigos ingiriendo licor. Se preocupa, por ejemplo, del bautismo de su hijo y de que probablemente no tenga el dinero suficiente para comprar grandes cantidades de licor y celebrarlo dignamente. Se preocupa de la fiesta de esta noche, donde se enteró se servirá poco licor y por eso se previene tomándose unas cuantas copas antes y así por el estilo podríamos multiplicar los ejemplos.

FASE 4 EL CONSUMO ÁVIDO La sed por el alcohol va aumentando y se le hace imperativo tomarse de un solo impulso la primera copa, que empieza con frecuencia a ser un trago doble para despertar el calor físico y estimular el termómetro emocional de la alegría. Después de este consumo ávido puede disminuir tamaño de los tragos, pero no su deseo de ingerir más.

FASE 5 SENSACIÓN DE CULPABILIDAD POR SUCOMPORTAMIENTO DE BEBEDOR se comienza a dar cuenta vagamente de que bebe más de lo corriente y que su vida moral, ante sus propios ojos, está bajando de precio. Surgen los primeros desarreglos en el hogar y el resultado problemático de las primeras faltas cometidas; todo ello se ahonda en su sique y empieza a sentirse culpable y con pena y molestia interna. Pronto descubre que todos estos conflictos internos los silencia y ahoga, aunque temporalmente, el alcohol.

FASE 6 EVITAR TODA REFERENCIA AL ALCOHOL No le gusta que le llamen alcohólico o borracho, porque lo toma como insulto. Si los familiares y amigos en sus pláticas cotidianas se refieren a la conducta desordenada de los alcohólicos en general, prefiere no oírlos porque piensa que lo hacen por referirse a él de una manera indirecta. Si se le ataca directamente, responde en forma evasiva, que él no tiene problemas con la bebida y que se comporta como lo haría cualquier bebedor social con la única finalidad de disfrutar de un momento de alegría.

FASE 7 FRECUENCIA DE LAS LAGUNAS MENTALES Ya al final de la etapa agravante, se advierte una frecuencia mayor de esas lagunas mentales, pues el alcohol empieza a deteriorar de manera apreciable el sistema nervioso. El modo de beber es fuerte, pero no es alarmante, el alcohólico disimula bien su afición y la encubre hasta donde lees posible pues la compulsión aún no se ha desarrollado mucho y es factible que el enfermo pueda ser encauzado a través de una campaña preventiva contra el alcoholismo. En los Estados Unidos se hace una intensiva divulgación de los síntomas de la fase agravante del alcoholismo entre la juventud, y se ha observado la afluencia de muchos jóvenes a los centros de tratamiento o a los grupos de A.A. El joven que a estas tempranas alturas entiende que es un alcohólico, puede decidirse por su propia voluntad a no beber más pues, aunque el alcohol puede ser un vehículo de relación social para otras personas, para él es un veneno que despierta en su organismo la compulsión física por ingerir y la obsesión mental por seguir tomando. Esta fase agravante puede durar desde varios meses hasta varios años según la constitución física y la preparación cultural del afectado pues las relaciones sociales y la personalidad ética del enfermo contribuyen a que se alargue esta etapa. Sin embargo, se han visto infinidad de casos en los que el enfermo no pasa por la Etapa Agravante, sino que desde la primera vez que prueba el alcohol entre la Etapa Crítica; estos casos a que hacemos referencia, indudablemente no ofrecen ninguna resistencia física al desarrollo de la enfermedad y entran de lleno en el calvario alcohólico.

III ETAPA CRÍTICA

En esta etapa se desarrolla la enfermedad propiamente dicha, una

vez cae el alcohólico en su curso y no hace nada por liberarse no se detiene hasta llegar la destrucción. Se inicia con la necesidad de beber más de una copa.

FASE 8 PERDIDA DE CONTROL Una vez que el alcohólico bebe una pequeña cantidad de alcohol, por ejemplo, un trago mixto o un vaso de cerveza o de vino, se despierta en él una apremiante necesidad de beber, la cual lo lleva a embriagarse completamente, contrario a lo que sería la conducta de un bebedor social que solamente busca una copa para sentirse alegre con sus amigos o para disfrutar de un aperitivo. La pérdida de control puede despertarse no por iniciativa del bebedor sino, incluso, por una invitación inesperada que reciba de un amigo u otra oportunidad para bebidas no programada por él mismo. Ya cuando se ha recuperado de la borrachera, no es la pérdida de control por sí misma la que lo hace volver a beber, sino la susceptibilidad emocional que hablamos antes; el individuo empieza a darse cuenta de que necesita la droga del alcohol para calmar sus conflictos internos y al tomarla ya no la puede manejar porque se inicia otro periodo de embriaguez. Se da cuenta con tristeza de que su fuerza de voluntad es insuficiente para dominar el alcohol y le entra duda de si en verdad está dominado por el alcohol o se debe solamente a un descuido. Aquí empieza una serie interminable de pruebas que siempre terminan en una total embriaguez; el asunto de la fuerza de voluntad adquiere suma importancia para él y cuando surge alguna tensión emocional bebe una copa abrigando la esperanza de no pasar de allí pero, tarde o temprano, se da cuenta que esa singular copa es sólo el preludio de un nuevo periodo de embriaguez; finalmente se da por enterado de que su fuerza de voluntad se ha esfumado como por encanto y se dispone a recuperarla pero haciendo uso del alcohol iniciando así otra cadena de borrachas para demostrarse a sí mismo que es dueño de su voluntad. El enfermo no se percata que la fuerza de voluntad no la ha perdido para otras cosas de la vida cotidiana, pero que para dominar el alcohol definitivamente sí, y allí está el problema que lo seguirá mortificando en lo sucesivo.

FASE 9 RACIONALIZAR EL COMPORTAMIENTO BEBEDOR Racionalizar quiere decir convertir los pretextos en razones lógicas para justificar cada una de sus recaídas en el alcohol; al principio le es fácil porque las bebetorias no son frecuentes e incluso él mismo llega a creer las razones que tiene, pero al transcurrir del tiempo tiene que inventar mentiras para justificar su conducta de bebedor ante los demás y él se da cuenta de que está mintiendo. Las personas de su medio social se desconciertan y le creen muchas veces; esto le da seguridad para seguir mintiendo y creerse él mismo sus propias mentiras.

FASE 10 PRESIONES SOCIALES Es evidente que su conducta ya es objeto de recriminaciones en el hogar, comentarios y reproches de parte de los amigos y llamadas de atención de los jefes y patrones en el trabajo. Ante este acosamiento o presión social, el enfermo acentúa sus racionalizaciones poniéndose a sí mismo toda clase de excusas con las cuales trata de sacar a flote su personalidad.

FASE 11 ILUSIOES DE GRANDEZA Se empieza a dar cuenta de que ya es menos apreciado, y que sus familiares no le creen cuando él dice o promete algo. En el trabajo no lo ascienden ni lo suben de categoría; más bien consideran un favor el dejarlo donde está y no correrlo a la calle. Sus amigos empiezan a hablar mal de su comportamiento desviado, etc. Todas estas actitudes negativas de los demás lo hacen adoptar un mecanismo compensatorio defensivo que consiste en una actitud fanfarrona respecto a sus posibilidades sociales y económicas, así como de su capacidad para desempeñar su profesión u oficio. Si es carpintero, se cree que hace los mejores muebles del mundo; si su profesión es médico, llega a creerse él mismo que no hay nadie que se le iguale en diagnósticos y tratamientos, etc.

FASE 12 CONDUCTA MARCADAMENTE HOSTIL sus razonamientos lo inducen a pensar que el resultado de su conducta no es culpa de él sino de los demás y ello lo hace alejarse paulatinamente del medio social donde se desenvolvía y a presentar como defensa a su personalidad en peligro una conducta agresiva como uno de sus últimos cartuchos; conducta parecida a la de un tigre acorralado cuando ve que es impotente ante sus enemigos. Esta conducta puede ser de desprecio o de agresión directa, según sea el tipo temperamental del alcohólico.

FASE 13 REMORDIMIENTOS PERSISTENTES Se da cuenta el alcohólico que su conducta ha cambiado ostensiblemente comparándola con el pasado y que su potencial energético, físico y mental va en bancarrota hacia la disipación y el desprecio, esto, naturalmente, son secretos internos que le producen remordimientos persistentes que lo hacen reflexionar positivamente, haciendo probablemente un postrer examen de conciencia. Más tarde, esa conciencia, aunque la tenga, no le servirá de nada.

FASE 14 PERIODOS DE ABSTINENCIA TOTAL El remordimiento y las presiones sociales lo hacen reaccionar diciendo que va a demostrar que tiene fuerza de voluntad y entonces deja de beber durante cortos o largos períodos, pero tarde o temprano vuelve a caer en manos de su amo, el alcohol. En el remoto caso de que lograra conservar su abstinencia, su vida emocional se convertiría en un infierno, debido a que las tensiones no tienen ningún escape porque el enfermo usa el mecanismo de la represión y este mecanismo puede dar origen a trastornos emocionales y enfermedades de origen inexplicable; va donde un médico general y dicho profesional nunca acierta con su padecimiento. El alcohólico es víctima de deformaciones síquicas causadas por tensiones emocionales reprimidas.

FASE 15 MODIFICA SUS HÁBITOS DE BEBER Se da cuenta de que es imposible prescindir del alcohol y empieza a formarse la idea de que su fracaso en la bebida se debe a que ha usado las marcas de licor equivocadas y empieza de nuevo a experimentar; que cerveza nacional o que cerveza extranjera; que tequila amarillo, que tequila blanco; que Scotch caro, que Scotch barato; que licor de 65 grados o que de 90, etc. Pero experimentos todos que, tarde o temprano, terminan en la embriaguez. Después cree que es lo inoportuno de la hora, lo culpable de no poder controlarse y dice por ejemplo que como aperitivo es bueno un traguito porque al comer desparece la tentación, o que al acostarse es medicinal otro traguito porque quita el insomnio y calma los nervios. El resultado de estos nuevos experimentos no se deja esperar; termina en borracheras. Así el alcohólico en cuanto más dañado de la mente se encuentra, más pretextos encontrará con el fin de tratar infructuosamente de controlar su manera de beber. Insiste en tratar de asegurarse a sí mismo de que aún es dueño de su libre albedrío, de que aún le sirve para algo su fuerza de voluntad; lejos está de darse cuenta de que a estas alturas el alcohólico sólo responde a los dictados de su enfermedad.

FASE 16 ABANDONO DE AMISTADES Su esfuerzo por dominar el hábito del alcohol aumenta su agresividad y no es él quien toma la iniciativa para abandonar a sus amigos, sino que son ellos los que casi siempre rehúyen su presencia. El enfermo empieza a hacerse la pregunta de si el trago estará interfiriendo con sus amigos y sus actividades. El sujeto se encuentra acosado por sus problemas familiares, sociales y de trabajo y descubre que el uso incontrolado que hace de las bebidas embriagantes interfiere con el curso normal de sus actividades pero a la vez él sabe que no puede prescindir del alcohol, trata de controlarlo y es posible que lo consiga por algún tiempo, a veces largo (FASE 14), pero con el transcurrir inexorable del tiempo la enfermedad avanza y llega el momento en que le es imposible no sólo controlar el alcohol sino alejarse de él (FASE 18). Se aprietan cada vez más los tentáculos de ese abrazo mortal con las bebidas embriagantes.

FASE 17 PÉRDIDA DEL EMPLEO El alcohólico ve con evidencia que su manera de beber afecta sus actividades cuando sus jefes o patrones lo obligan a presentar su renuncia por irresponsabilidades en el trabajo y en los casos extremos el enfermo es despedido de su cargo sin consideración alguna. Estas experiencias funestas van creando más sentimientos de angustia e inferioridad en la mente ansiosa del sujeto lo cual, a su vez, prolongando el círculo vicioso, lo incitan más a la bebida.

FASE 18 SUBORDINACIÓN COMPLETA AL ALCOHOL Llega el momento en que es imposible concebir la vida sin alcohol. Se establece entonces una completa y enfermiza dependencia emocional hacía el alcohol. Ya el enfermo no se pregunta ¿Cómo afecta la bebida mis actividades diarias? Sino ¿Cómo afectan mis actividades diarias la bebida? Es decir, lo contrario de lo que significa responsabilidad, al pronunciar cuando se encuentra en la mesa de una cantina: lástima que tengo que ir a trabajar. Lo que quisiera es pasarme toda la vida bebiendo. El alcohólico a través de todas las fases de la alcoholemia va considerando cada vez más que el trabajo, los estudios, el deporte, la familia o las diversiones constituyen un estorbo a su placer obligado de mantenerse borracho. Poco a poco va entregándose más al alcohol hasta convertirse en su esclavo como lo vamos a ver en la fase crónica de esta descripción.

FASE 19 APATÍA HACIA OTROS INTERESES EXTERIORES Pierde interés por lo que antes le causaba distracción como practicar un deporte o ir al estadio a ver jugar su equipo favorito. Renuncia a las actividades filantrópicas, culturales, literarias o científicas a que pertenece por considerar que absorben mucho de su tiempo, para dedicarse a su diversión principal, el alcohol. Como puede verse, a medida que avanza la enfermedad va ocupando cada vez más la atención del enfermo hasta que lo entretiene completamente. Se dice que la enfermedad alcohólica es incurable, progresiva e insidiosa, por las siguientes razones:

ES INCURABLE, porque hasta la fecha no conocemos ningún alcohólico que pueda volver a beber normalmente; se entiende que se considera alcohólico a quien haya alcanzado por lo menos la fase 8 de la tabla, pérdida de control.

ES PROGRESIVA, porque hasta la fecha no sabemos de ningún alcohólico que habiendo alcanzado cierta fase de la tabla, se estacione en ella y diga de aquí no paso y lo cumpla bebiendo.

ES INSIDIOSA, porque teniendo el enfermo una atracción orgánica y física por el alcohol, en el momento más inoportuno puede volver a beber aún cuando se haya hecho el propósito firme de no hacerlo. Está demostrado que casi la totalidad de los alcohólicos necesitan ayuda externa para obtener resultados en sus buenos propósitos.

FASE 20 NUEVA INTERPRETACIÓN DE SUS RELACIONES INTERPERSONALES Antes de ser problema alcohólico conservaba relaciones cordiales y amistosas con toda clase de personas, pero llegado este punto comienza a discriminar y establece casi un divorcio con la sociedad de personas que no beben, y comienza a rodearse de amigos que comparten su afición por el alcohol, en su afán inconsciente de aislarse va considerando la gente normal como elemento de choque a la satisfacción de sus tendencias alcohólicas, se siente criticado y amonestado aunque no sea así, hasta tornarse en un individuo hosco y huraño en sus relaciones sociales y laborales. Esta fase es el síntoma inicial de lo que más tarde será un total divorcio con la sociedad.

FASE 21 MARCADA CONMISERACIÓN DE SÍ MISMO Conmiseración significa sentir lástima de sí mismo, y eso le sucede a nuestro enfermo de tanto sufrir frustraciones y hostilidades del medioambiente. Llega a tanto su estado que empieza a considerarse un desgraciado, sufre humillaciones en su trabajo, dentro de su círculo social y familiar, y en parte de sus amigos que él aún considera sinceros; su estado de salud en la mayoría de los casos es precario, todo ello viene a sumarse de golpe y por ello siente lástima de sí mismo y vive en un constante lamento que indudablemente lo hace desembocar en el alcohol. Todos conocemos casos de muchos alcohólicos que rompen a llorar amargamente cuando están con sus copas, el alcohol libera sus inhibiciones manifestándose el llanto que en estado de abstinencia no se produciría.

FASE 22 FUGAS GEOGRÁFICAS Llega el momento en que se siente acosado dentro de su círculo social y hace suyo aquel refrán que dice que nadie es perfecto en su tierra. Planea una fuga geográfica y cree que con cambiar de ambiente en otra ciudad o país donde no le conozcan, su vida será distinta y podrá dejar de beber recuperando el prestigio perdido. Piensa que debe de tomar esta medida audaz para resolver de una vez por todas el problema. Puede irse de su país natal e incluso triunfar, pero tarde o temprano, lo insidioso de su enfermedad lo hará recaer y recuperar el desprestigio que según él había dejado enterrado en su propio terruño. Estas fugas geográficas pueden multiplicarse pero, desafortunadamente, el resultado es el mismo: rotundos fracasos.

FASE 23 CAMBIO EN LAS COSTUMBRES FAMILIARES La familia del alcohólico que, probablemente antes de ser un problema el enfermo, llevaba una vida social activa, empieza ahora a aislarse debido al bochorno y la vergüenza de tener un familiar que, según ellos, es un vicioso degenerado que por voluntad propia y por gusto particular se está conduciendo al abismo. Otros casos, por el contrario, son de familias que antes preferían llevar una vida retraída, pero evadiendo los momentos dolorosos que se producen en el seno de un hogar alcohólico, prefieren iniciar una vida social activa. La más sorprendente conclusión de esta fase es la siguiente: la familia del alcohólico sufre el mismo alcoholismo que el enfermo. Aún sin beberse un trago, la familia desarrolla los mismos defectos de carácter, los mismos resentimientos y estados de conmiseración. Lo único que le falta para completar el cuadro es el alcohol, y algunas veces lo tienen. El constante estado de martirio en que mantiene a su familia durante años, puede desencadenar en ellos enfermedades de origen sicosomáticas, por ejemplo, la alta tensión arterial, la artritis, reumatismo e incluso la diabetes. Los niños hijos de alcohólicos, de por sí, son irritables. Se les desarrolla una neurosis infantil la cual puede manifestarse por neurosis nocturnas como orinarse en la cama, mala conducta en el hogar y en la escuela, retraso escolar, etc. Aunque haya dejado de beber, la situación del hogar de un alcohólico es muy difícil y lo más probable es que necesite orientación.

FASE 24 RESENTIMIENTOS IRRAZONABLES la conmiseración de sí mismo, avanza hasta convertirse en resentimiento, o sea un estado que se designa como la cúspide de la enfermedad moral. Resentir, como su significado lo indica, es volver a vivir las injurias recibidas y, en general, desencadena una infección espiritual donde los microbios son las emociones reprimidas. El YO se encuentra indefenso y puede llegar a destruirse completamente, exhibiendo el individuo afectado un deterioro moral marcado, muchas veces irreparable. A estas alturas hay fuertes complejos, arraigados como tumores espirituales malignos, y una consciencia derrotista que hacen aparecer al alcohólico como un real deshecho físico, mental y espiritual. Ahora tiene envenenada el alma, llena de odio, rencor, envidia y perfidia. No puede perdonar y no quiere tampoco, porque ha empezado a desintegrarse moralmente y desea inconscientemente alcanzar la máxima destrucción.

FASE 25 PROTECCIÓN DE SU ABASTECIMIENTO Su constante preocupación por no encontrarse desprovisto de su dosis necesaria, lo hace esconder provisiones de licor en los lugares menos esperados, lugares apartados de su casa, jardín, empleo, etc. Y así en el momento en que le apremie la compulsión por beber no sufre las consecuencias de la cruda.

FASE 26 DESCUIDO DE LA ALIMENTACIÓN El consumo constante de alcohol va produciendo una irritación de las paredes gástricas lo que a la larga trae la falta de apetito. Ahora va a necesitar un aperitivo para comer bien, y con el tiempo con sus continuas bebetorias va a olvidar sus horas reglamentarias de alimentación o va a establecer un desorden en las mismas. Llega el momento en que esta falta de alimentación le puede producir trastornos por carencia de vitaminas o por debilidad general. El organismo se va minando, iniciando así la aparición de enfermedades graves.

FASE 27 PRIMERA HOSPITALIZACIÓN Debido al constante consumo de alcohol, el enfermo puede llegar a requerir los auxilios médicos. No es necesario que el alcohólico sea internado en un hospital o casa de salud, para que se cumpla esta fase de la tabla. La reclusión hospitalaria puede llevarse a cabo en su propia casa de habitación. El motivo de esta hospitalización puede incluir desde la simple intoxicación hasta la más grave de las enfermedades físicas o mentales desencadenadas por el alcohol. Conforme las recaídas van sucediéndose, las hospitalizaciones o tratamientos médicos particulares se hacen necesarios con mayor regularidad.

FASE 28 DISMINUCIÓN DEL IMPILSO SEXUAL Uno de los primeros síntomas de debilidad orgánica es la disminución del impulso sexual, la cual se da en una forma completa, en alrededor de la mitad de los casos. Es oportuno indicar que el alcohol produce una acción destructora sobre las células germinales y en muchos casos produce esterilidad. Entre los consejos que dan los profesionales podemos adelantar el siguiente: Para concebir un hijo, ni aún las personas no alcohólicas deben de excederse en el uso del licor pues los espermatozoides son muy susceptibles a la acción del alcohol y a la hora de fecundar el óvulo femenino se pueden encontrar en una condición débil e insana, de ahí las serias taras hereditarias en algunas generaciones de alcohólicos.

FASE 29 CELOTIPIA ALCOHÓLICA Ya sea la impotencia sexual, o la constante desavenencia en el hogar, predispone al enfermo a creer que su compañero de vida le está siendo infiel, desencadenando así celos infundados la mayor parte de las veces, en ocasiones originando serias tragedias pasionales, siendo estas de mayores proporciones si ya el alcohólico padece de crisis alucinantes. Los celos se apoderan de su mente como idea obsesiva, bebe más, complicando así la posibilidad de un buen entendimiento con su cónyuge.

FASE 30 BEBIDA REGULAR MATUTINA El terrible estado de ansiedad, el malestar físico, las crudas, los temblores y la inseguridad síquica, hacen imposible que el alcohólico empiece el día sin el auxilio de la primera copa al levantarse. Esta fase señala el final de la etapa crítica y es el preludio de la etapa crónica. La bebida empieza al levantarse. El enfermo aún trata de no desatender sus obligaciones laborales y con el auxilio de ese trago soporta más o menos las primeras horas del día, necesitando a intervalos otras dosis de sostenimiento hasta que llega la hora de concluir sus labores y poder intensificar la borrachera durante la noche y así seguir con la cadena interminable de tragos. La duración de este período de la alcoholomanía depende de la constitución física del enfermo o de su grado de cultura o formación ética. El trata por todos los medios posibles por no llegar a la ruina y se sobrepone por cortos períodos para no caer en el desprestigio social; no obstante, su lucha, sus resistencias sucumben ante la compulsión física y la obsesión por la bebida: la enfermedad sigue su marcha.

IV ETAPA CRÓNICA

Con la bebida regular matutina va adquiriendo la necesidad cada vez más apremiante por el alcohol para calmar sus tensiones emocionales y va necesitando constantemente su auxilio como droga. Lo que ahora empieza a ser más necesidad que hábito se vuelve constante y entramos ya en la etapa crónica o sea la bebedera continua en una carrera desembocada al desastre que se mantiene en marcha inercia.

FASE 31 PERIODO DE EMBRIAGUEZ PROLONGADA La ingestión constante de alcohol debilita su capacidad física y de una vez por todas se encuentra bebiendo sin interrupción; se le ve por las calles a todas horas; con ese sistema de beber es difícil que pueda sostener su empleo por mucho tiempo y es despedido definitivamente de su trabajo, y si había logrado conservarlo hasta ahora era por excesiva tolerancia de sus jefes o por muy buena salud física del enfermo alcohólico que le permitió resistir por largo tiempo los embates del alcohol antes de destruirse; a través de estos periodos va perdiendo sus salud física y mental, su poco prestigio laboral y el decoro social. Económicamente la mayoría llegan a la quiebra, incluso os que poseen algo de dinero, y se ven forzados a implorar la bondad de los amigos y en último caso la caridad pública; la familia ha llegado a tal grado de desesperación, que es muy difícil que los toleren, casi siempre se oyen expresiones refiriéndose a él como la oveja negra, y se resignan a perderlos en los laberintos callejeros y llegan, con el tiempo a negar todo parentesco con él por considerar bochornoso que un miembro de la familia haya caído tan bajo. Este divorcio completo con la sociedad, desde luego, le hace buscar más el alcohol para mitigar su miseria física, mental, social y espiritual.

 FASE 32 DETERIORO ETICO MARCADO Estas experiencias han derrumbado su moral de tal forma que lo hacen olvidarse de todo y andar por el mundo exhibiendo su miseria, se niega a sí mismo, ni él cree lo que es ahora: un real bagazo humano, que en sus pocos momentos de lucidez se remonta al pasado de lo que fue, de lo que pudo haber sido y de lo que nunca ya será, acosado por el estupor alcohólico en que vive. En algunos casos ya no le importan los medios para conseguir dinero para consumir alcohol, lo que le interesa es embriagarse, vivir de la fantasía y olvidarse del presente. Ya no desea reincorporarse a la vida social, porque todo lo cree perdido. El odio, la envidia, la ira y el resentimiento entenebrecen su espíritu y lo hacen hundirse más en su flaqueza moral.

FASE 33 DISMINUCIÓN DE LAS CAPACIDADES MENTALES El excesivo uso del alcohol durante largos años ha producido estados constantes de intoxicación en el cerebro. Las neuronas son las únicas células del organismo que no se reproducen. A causa de la intoxicación del alcohol, mueren por millares, lo que explica entonces como el cerebro del alcohólico se va deteriorando. Su concentración, atención, memoria, juicio y raciocinio disminuyen y se va apoderando de él una constante fatiga mental, son ahora muy pocos los chispazos de lucidez que tiene, casi siempre bajo el estímulo del mismo alcohol. De aquí en adelante su sistema nervioso en general irá en completa decadencia.

FASE 34 SICOSIS ALCOHÓLICASSICOSIS: Significa desorden mental en grado extremo o patológico; prácticamente es un divorcio completo con la realidad ambiental, el pensamiento y la acción pierden su hilo normal y se amoldan a un cuadro clínico patológico de acuerdo con el tipo de sicosis.

DEMENCIA: Es la total ruina síquica. Todas las sicosis llevan a la demencia.

LAS SICOSIS ALCOHÓLICAS Son aquellas que se originan debido al uso excesivo del alcohol, es decir, el alcohol es un elemento físico determinante, pero desde luego, hemos comprendido que la verdadera causa no se encuentra en el veneno mismo, sino en la personalidad de quien lo bebe. Todo alcohólico es presa de una ansiedad que crece hasta convertirse en angustia impotente ante un peligro real o ficticio. La ansiedad y angustia no son más que situaciones originadas por sus propios conflictos internos y frustraciones con el medio ambiente. El alcohol alivia la angustia, estimula los sentidos, disminuye la fatiga y a medida que se bebe produce una sensación de seguridad y autosuficiencia, se olvida el pasado y se ve con ojos soñadores hacia el futuro, mientras el presente es color de rosa; pero como sucede en los castillos de naipes, el ilusionismo se rompe y vuelve la triste realidad a reaparecer con otros agravantes más, y para borrar esto…sigue la cadena de engaños a sí mismo durante el alcoholismo crónico. En los círculos científicos todavía hay desorientación respecto al origen de la enfermedad alcohólica, y también acerca del origen de la sicosis, sin embargo, si se ha comprobado que el diez por ciento de alcohólicos mueren en un hospital de enfermos mentales, víctimas de alguna de las 8 sicosis más comunes en los alcohólicos, y otro porcentaje elevado, 15%, se hacen acreedores a trastornos nerviosos sin llegar a la sicosis. Lo cierto es que el alcohólico se caracteriza por una angustia y preocupación significativamente elevadas unidas a una tolerancia muy baja a las presiones de la vida. Su angustia parece resultar de la pérdida de control en las situaciones agudas de tensión que no puede soportar y de las que intenta escapar inmediatamente.

Conforme los mecanismos defensivos sicológicos del alcohólico se debilitan y la tensión de sus conflictos o de la realidad aumenta, pueden aparecer signos muy acentuados de angustia. Es por eso que cuando no ha bebido, el alcohólico está inquieto e irritable, aprensivo, triste o deprimido y cuando la angustia se desvanece y los impulsos reprimidos se liberan bajo los efectos del alcohol, aparece una tonalidad efectiva eufórica, un sentimiento de autoconfianza y despreocupación por sus responsabilidades, una tendencia a la fantasía y a las compensaciones, todo lo cual, proporciona un falso sentido de seguridad.

INTOXICACIÓN ALCOHÓLICA Es una forma simple de sicosis que se produce en personas alcohólicas o no, de temperamento histérico. Su cuadro clínico puede durar desde unos minutos hasta un día completo. Se dan ciertos síntomas patológicos, pero desaparece con el tratamiento médico, el enfermo casi no recuerda nada y en poco tiempo se reincorpora a la vida normal.

DELIRIUM TREMENS Es la sicosis alcohólica más conocida por el público; de causas complejas a la que contribuyen muchos factores anatómicos y fisiológicos como factores metabólicos, disminución de la función antitóxica del hígado, falta de oxigenación cerebral, incremento de los ácidos gástricos, deshidratación y carencia de vitaminas del complejo B. Por lo general el delirium tremens aparece a los pocos días d haber dejado de beber; sin embargo, en ocasiones se presentan a las pocas horas de la interrupción de la bebida ya en casos avanzadísimos en la enfermedad alcohólica. Se manifiesta principalmente por ilusiones y alucinaciones.

ILUSIÓN: Es la mala interpretación de la realidad ambiente. El enfermo ver por ejemplo una sábana que se mueve y cree que es un fantasma; oye una gota que cae del lavamanos de su casa y cree que le está hablando e incluso insultando, etc.

ALUCINACIÓN: Es una percepción sin objeto. El enfermo percibe toda clase de imágenes fantásticas que solo tienen existencia real en su mente, proyectadas en el ambiente físico. Por ejemplo, oye una sinfonía o selección musical, ver animales (prehistóricos, insectos enormes, etc.), siente olores extraños en su habitación, sabores desconocidos en la comida y puede creer que lo están envenenando, etc. Las alucinaciones pueden afectar todas las percepciones y de acuerdo con el sentido que afecten, así su nombre: visuales, táctiles, olfativas, auditivas, gustativas…Las alucinaciones adquieren una realidad impresionante que hacen vivir al enfermo momentos de zozobra, casi siempre empiezan después de un alcoholismo crónico de 3 o 4 años, y ante el desasosiego mental es imposible que el enfermo pueda dormir. Por ejemplo, el enfermo ve que se acerca un enano verde hablándole con frases amenazadoras y además lo pellizca. El cerebro está por lo general inflamado, hay degeneración más o menos marcada de las células nerviosas, daños graves en el cerebelo. Suele haber hemorragias puntiformes y una especie de meningitis. El delirium tremens tiene una duración que oscila entre los 3 y 10 días. Durante el tratamiento jamás debe sujetarse al individuo por medio de una camisa de fuerza, envoltura en sábanas, etc., porque ello puede ser mortal. Los reincidentes casi siempre mueren de neumonía cardiaca.

SICOSIS DE KORSAKOF Es una enfermedad que afecta al sistema nervioso y es de origen alcohólico. Tiene una similitud sintomática con una parálisis general progresiva. El enfermo de Korsakof padece de una deficiencia de vitamina B, principalmente tiamina y niacina. La consecuencia tiene una apariencia clara, pero en realidad se producen pérdidas de la memoria principalmente para los hechos cercanos de su vida, por ejemplo: ¿Qué desayunó hoy? –no se acuerda; ¿Quién le telefoneó? –no se acuerda; ¿Dónde puso el libro que estaba leyendo y cuál era el título del libro? –no se acuerda, etc. Y, sin embargo, si le preguntáramos por hechos que transcurrieron hace 20 años, ¿Cuándo nació Mario, tu hijo mayor?, es posible que nos diga el día, la fecha y la hora del nacimiento, y nos adorne con detalles cada uno de los aspectos relevantes del acontecimiento. Pero al seguir la reincidencia en la Psicosis de Korsakof desaparece la memoria también para los objetos lejanos. Nuestro enfermo es de humor jovial, pero casi no puede identificar a las personas, hay ausencia de los reflejos rotulianos, y aparece un terrible dolor en las piernas, principalmente en el curso que siguen los nervios. Se presenta más en el sexo femenino que en el masculino, su duración oscila entre las 6 y 8semanas, y casi siempre la recuperación es completa, a menos que haya reincidencia las cuales causan deterioro de la memoria y, en algunos casos, deterioros intelectuales, emocionales y éticos.

ALUCINOSIS AGUDA Es un cuadro esquizofrénico desencadenado por el alcohol; se presentan los mismos síntomas del delirium tremens, un tanto intensificados, las alucinaciones auditivas más claras, y los enfermos son víctimas de un miedo terrible; las alucinaciones o voces lo acusan de inmoral, homosexual, indecente y sucio; oye disparos y ruidos amenazantes, alucinaciones olfativas o visuales. Es tanta la desesperación del enfermo, que puede llamar en su auxilio a la policía, o armarse en su propia defensa. A ello se debe que muchas veces causan escándalos y hasta pueden matar a terceras personas. Según el decir de los psiquiatras, sus conflictos son de origen homosexual, y casi siempre su homosexualismo es del tipo reprimido; conscientemente hasta llegan a ignorarlo; pero en muchos casos el alcohol contribuye a la satisfacción de sus impulsos perversos porque, como hemos dicho, libera las inhibiciones, lo cual le permite cometer actos homosexuales. Estos actos le producen después sentimientos de culpabilidad, remordimiento, etc.; originando las voces que lo insultan. Estas sicosis tienen una duración de unos cuantos días a un mes y en casi cada recaída del enfermo se repiten con mayor dureza.

PARANOIA ALCOHÓLICA Su origen sicológico, según investigaciones siquiátricas es de origen homosexual reprimido. Empieza un delirio de celos y dudas de infidelidad de parte de su esposa, es un ser desconfiado y se caracteriza por encontrarle defectos a todo: sueña con sorprender a su esposa en el acto con el supuesto amante (esta clase de alucinaciones revelan el impulso homosexual reprimido). El pronóstico es dudoso, casi siempre el enfermo continúa con sus celos y continúa bebiendo al salir de cada reingreso al hospital. Lo más probable es que termine quedándose como huésped vitalicio de un hospital siquiátrico.

SICOSIS DEPRESIVA Es una variante de la sicosis maniacodepresiva, desencadenada por el alcohol. Se apodera del enfermo una inmensa tristeza, la cual puede durar por meses. Si la persona es reincidente se van afectando los centros emocionales del cerebro y se le desarrolla una melancolía crónica, o en otras palabras una tristeza persistente.

SEUDOPARÁLISIS ALCOHÓLICA Como su nombre lo indica es una falsa parálisis producida por el deterioro de las fibras nerviosas; la persona puede quedar recluido en una silla de ruedas o con los brazos inmóviles; se da un tratamiento de complejo B con acentuación deB-12 y vitamina A. La recuperación al principio es casi completa, pero el enfermo reincide, van quedando secuelas irreparables. Mentalmente se presentan ilusiones y alucinaciones con acentuación del delirio de grandeza.

SICOSIS DELIRANTE CRÓNICA Esta sicosis al principio presenta las características del delirium tremens con acentuación de las alucinaciones auditivas; la persona oye voces por todos lados que lo llaman o lo amenazan e incluso le ofrecen licor, si la persona obedeciera las órdenes de la voz o voces. Cuando el enfermo no es multirecaído, las voces son escuchadas fuera de la cabeza, y de repente se oyen cerca del oído y a veces tan lejos que les cuesta escucharlas. Se desarrolla un delirio persecutorio, el enfermo anda huyendo o defendiéndose de sus enemigos poderosos casi siempre de ultratumba, etc. Esta sicosis puede tornarse crónica y el enfermo queda recluido para toda su vida en un hospital siquiátrico.

FASE 35 BEBER CON PERSONAS SOCIALMENTE INFERIORES Con el afán de sentirse siempre superior busca la compañía de personas que han caído totalmente en el fango moral y material, con ellas hace recuerdos de sus buenos tiempos y se transporta al pasado; se relaciona decididamente con drogadictos, delincuentes y alcohólicos que han caído más bajo que él. Esta fase puede complicar su alcoholismo contrayendo hábitos peores que el del alcohol y llegando a generaciones y perversiones inigualables.

FASE 36 CONSUMO DE PRODUCTOS INDUSTRIALES Esas mismas compañías de que hablamos lo inducen a ingerir sustancias que no son preparadas especialmente para beber, sino que son alcoholes impotables y para usos industriales. Estas sustancias son más fuertes que los licores autorizados por la ley y, desde luego, de un grado de toxicidad a veces mortal. En nuestro medio, los que han llegado a esta etapa beben ese alcohol industrial impotable revuelto con otra clase de bebidas para rebajarles la potencia. El alcohólico que llega a este extremo ya lo ha abandonado todo y es una escoria social, habitantes ya del peor mundo del infierno alcohólico y es casi seguro que el que llega allí no sale vivo; están en un mundo aparte y se les considera tan desgraciados o más que los leprosos de los tiempos bíblicos. Ellos mismos se aíslan en los barrancos aledaños a las ciudades, por lo general ya no tienen nombre ni apellidos, distinguiéndose únicamente por el apodo o sobrenombre; hablan a medias palabras el idioma de las personas normales pus tienen su propio léxico de suerte que cuesta mucho entenderles lo que dicen. Prácticamente son libres porque ni la policía los desea para castigarlos, los apresan sólo en casos de infracción al orden público o para llevarlos a un hospital o a una clínica para desintoxicar. Son despreciados por la gente en la calle, les niegan hasta el agua, los insultan o apedrean, sus familiares los niegan como parientes, los médicos ya no los reciben en los hospitales. Su clásica figura es desgreñada, de aspecto barbón, de pelo sucio y largo; sus ojos son enrojecidos y sanguinolentos, piel de color rojo y cenizo y de aspecto brillante, pies y tobillos hinchados, paso inseguro y vacilante y, en fin, la vida de este enfermo que ha caído en el peor de los infiernos alcohólicos no es más que la autodestrucción humana llevada al extremo más infame. Hasta aquí, que se sepa, los únicos que han podido rescatar a estos hombres perdidos, son los ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, reincorporándolos a la vida normal en muchos casos.

FASE 37 DISMINUCIÓN DE LA TOLERANCIA AL ALCOHOL El organismo se va minando y ahora el enfermo se embriaga y llega a la impotencia física y mental con poco alcohol que consuma. Pasan el día con dos o tres traguitos de alcohol, cuando antes necesitaban botellas enteras. El organismo sigue minándose a ritmo acelerado hasta terminar en un deshecho físico.

FASE 38 TEMORES INDEFINIBLES Su vida síquica está totalmente enferma y destruida, ahora aparecen las fobias o miedos indefinidos, a veces por motivos irreales casi siempre alucinatorios originados en las ideas delirantes propias de su delirio de persecución social. Sufre sobresaltos y dudas. Pierde la noción del tiempo. No puede distinguir si está viviendo el pasado o el presente. Le teme al futuro: cada día que llega cree que es el último y maldice su existencia y la de todos. Ya para esta época ha desarrollado un odio constante hacia la sociedad y por ello cada momento cree que la misma lo va a castigar, viviendo momentos de terror y miedos acentuados por su angustia, culpabilidad y remordimiento.

FASE 39 TEMBLORES PERSISTENTE En su camino hacia la muerte, meta de su autodestrucción total, el sistema nervioso del alcohólico depende del veneno que bebe, así es que cuando le falta, lo pide en medio de gritos y temblores persistentes, pues anatómicamente los nervios han perdido su capacidad de estar en reposo, aparecen calambres que no son otra cosa que corto-circuitos nerviosos y todo este infierno personal no se calma sin el auxilio de alcohol, que una vez ingerido, tiende a empeorar las cosas.

FASE 40 INHIBICIÓN SICOMOTORA El funcionamiento del sistema nervioso va decayendo, pues, según algunos estudios, se van creando centros de irradiación inhibidora en la corteza cerebral, ya sea por causas emocionales o físicas. El alcohólico no puede apretar una tuerca, o simplemente abotonarse la camisa porque sus movimientos han perdido la coordinación y su voluntad ha perdido el control de sus nervios y músculos que ahora se encuentran embotados. En esta etapa, aunque el alcohólico deseara trabajar no puede, su sistema nervioso no se lo permite.

FASE 41 LA INGESTIÓN DEL ALCOHOL TOMA UNCARÁCTER OBSESIVO Llegado a este punto el alcohol se ha apoderado definitivamente de la mente del enfermo de modo que su ingestión debe de ser constante e ininterrumpida, como una gota perenne. Al no poder prescindir ni un momento del alcohol, se expone a humillaciones de las más grandes por conseguirlos; si tiene fuerza aún, lo roba, pero él no se queda sin su dosis, la tiene que conseguir como sea porque su mente obsesiva le martilla que así debe ser, y aunque esté vomitando el alcohol y ya no le quepa, sigue ingeniándose para conseguir como comprarlo y tomarlo mientras esté despierto. La angustia es tan terrible que no le permite pasar un momento consciente.

FASE 42 VAGOS SENTIMIENTOS RELIGIOSOS Gran porcentaje de los casos desarrolla un vago sentimiento religioso, cambia la religión o visita una iglesia o capilla con el propósito de encontrar un oasis espiritual para su alma enferma. Pocos, pero muy pocos, se salvan siguiendo métodos religiosos por sí solos. Otros han perdido la fe completamente en su religión e ingresan a la Masonería, a los Rosacruces o a organizaciones seudo científicas o astrológicas, o a sociedades espiritistas en busca de alivio, pero lo más seguro es que no la encuentran. Algunas de estas agrupaciones son magníficas para otro tipo de personas, pero no para el enfermo alcohólico.

FASE 43 TODO EL SISTEMA RACIONALISTA SE QUEBRANTA Llega el momento en que sus razonamientos o pretextos son objetos de pruebas tan duras ante la realidad, que el mismo enfermo comprende su triste estado y se encuentra en un callejón sin salida. Algunos podrían aceptar su enfermedad alcohólica, pero otros muchos todavía no lo aceptan. Si se le pregunta por qué bebe, luego de falsos pretextos iniciales como al principio de su carrera alcohólica, terminaría respondiendo que no sabe por qué, que no le queda casi ninguna de lo que es su alcoholismo y se resignan a él. Su fin está cercano y reconoce la verdad de la ruina material de los pocos despojos orgánicos que constituyen su cuerpo.

FASE 44 HOSPITALIZACIÓN DEFINITIVA Si tiene la fortuna de ser aceptado en un hospital, allí pasará sus últimos días. Según las estadísticas médicas un alto porcentaje de alcohólicos fallecen de cirrosis hepática complicada con otras enfermedades que han ido desarrollando y a las que están predispuestos. Lo cierto es que al final mueren abandonados de la sociedad y en el peor de los desprestigios.

FASE 45 PERDIDA DE LA VIDA La última FASE: al alcohólico lo espera la muerte en un hospital, en un manicomio o en la calle por un accidente o muerte violenta debido a los peligros a que se expone. Algunos terminan sus días en una cárcel por delitos cometidos bajo los efectos de la embriaguez. Hoy en día se recomienda a las personas que tienen problemas con la bebida asistir a los grupos de ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, una organización que ha demostrado tener éxito en detener la enfermedad alcohólica. Y hablamos de detener la enfermedad, pues su curación propiamente dicha, es imposible. Ninguno que haya pasado de la FASE8 en la tabla de la alcoholomanía podrá volver a beber normalmente.